Los Boston Celtics se han proclamado campeones de la NBA esta madrugada y ya son el equipo con más títulos de la historia de la competicion tras superar a Los Ángeles Lakers. Son varios los nombres que han destacado en estas Finales frente a los Dallas Mavericks, pero hay uno que ha generado cierta expectación. El caso de Kristaps Porzingis ha sido un dolor de cabeza para su equipo debido a la preocupación por una lesión anómala que llegó en un momento crítico, pero sobre todo lo ha sido para sus rivales. Todavía hay quien se acuerdo de sus pinitos cuando jugaba en la ciudad de Sevilla.
Recaló en 2013 en el CB Sevilla (ahora Real Betis Baloncesto) con tan solo 15 años. Aquí donde explotó todo su potencial. El jugador letón en más de una ocasión ha recordado cómo fue su experiencia en la residencia de Pino Montano, donde se concentraba mientras jugaba para el equipo sevillano. "Al principio fue duro porque viviendo en la residencia de Pino Montano pasaba un calor por las noches… mosquitos también si lo recuerdo, no sé, estaba súper incómodo estando allí. No había aire acondicionado en ningún lado…", decía Porzingis en una entrevista hace unos años.
Tras salirse con el equipo sevillano, ocupó la cuarta posición en el Draft de la NBA de 2015, siendo elegido por los New York Knicks, donde firmó su primer contrato en el continente americano en 2015. Se salió en su temporada como rookie y fue agrandando su figura en una ciudad como la neoyorkina.
Aun así, no todo ha sido un camino de rosas. En 2018 sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda después de hacer un mate frente a Antetokounmpo. Porzingis se perdió lo que restó de temporada en un año donde estaba incluido incluso en el All Star de la NBA.
En 2019 firmó por los Dallas Mavericks, precisamente el rival que han derrotado en estas Finales de la NBA. Allí pasó tres temporadas, hasta que en 2022 se marchó a Washington Wizards. Allí también se convirtió en ídolo, aunque tan solo dos años más tarde de su llegada emprendió un nuevo viaje con los Boston Celtics, donde ha sido uno de los ídolos de la afición.
Porzingis ha pasado de todo en las Finales de la NBA frente a Dallas. Sufrió una lesión que ni los propios doctores sabían decir su gravedad. Se perdió el tercer y el cuarto partido a causa de una lesión en su tendón tibial. Pero regresó para el quinto y definitivo partido ovacionado por su afición en los últimos minutos para conquistar un nuevo anillo de la NBA.
"¿Cómo podría perdérmelo? En nuestra pista... Somos los campeones. El equipo médico hizo todo lo que pudo y yo lo di todo. Y fui capaz de jugar", desvelaba el jugador tras el encuentro.